Las posibles complicaciones de un trauma facial son:

  • Sensación de debilidad o entumecimiento en el área afectada.
  • Irregularidades en el rostro, como hinchazón, deformidades o asimetría.
  • Infecciones en la zona del golpe, que pueden requerir tratamiento con antibióticos.
  • Hemorragias, que pueden ser externas o internas, y en casos graves pueden requerir intervención quirúrgica.
  • Daños en el sistema nervioso o en el cerebro, que pueden ocurrir si el golpe es lo suficientemente fuerte y afecta las estructuras internas del cráneo.
  • Visión doble o pérdida de la visión, si el golpe afecta los nervios o los músculos responsables del movimiento de los ojos.

En algunos casos, las complicaciones pueden requerir tratamiento médico o quirúrgico para corregir o minimizar los efectos del golpe en el pómulo. Es importante buscar atención médica inmediata si se experimentan cualquiera de estos síntomas después de un trauma facial.

¿Cómo saber si un golpe en el pómulo es grave?

Un golpe en el pómulo puede ser considerado grave si presenta ciertos síntomas. Algunos de los síntomas que indican que el golpe puede ser grave incluyen cambios en la sensibilidad de la cara, deformidad o asimetría en los huesos faciales, dificultad para respirar a través de la nariz debido a la hinchazón y el sangrado, visión doble, pérdida de dientes y hinchazón o hematomas alrededor de los ojos que pueden causar problemas de visión.

Los cambios en la sensibilidad de la cara pueden incluir sensaciones como hormigueo, entumecimiento o falta de sensibilidad en la zona afectada. La deformidad o asimetría en los huesos faciales puede ser evidente visualmente, ya sea a simple vista o al tocar la zona golpeada. La dificultad para respirar a través de la nariz puede ser causada por la hinchazón y el sangrado que pueden obstruir las vías respiratorias. La visión doble puede indicar daño en los músculos o nervios de los ojos. La pérdida de dientes puede ocurrir si el golpe es lo suficientemente fuerte como para dañar los dientes o las estructuras que los sostienen. La hinchazón o los hematomas alrededor de los ojos pueden ser graves si afectan la visión o causan malestar significativo. En caso de experimentar alguno de estos síntomas, es importante buscar atención médica lo antes posible para evaluar la gravedad del golpe y recibir el tratamiento adecuado.

¿Qué pasa si se fractura el pómulo?

¿Qué pasa si se fractura el pómulo?

Las fracturas del pómulo, también conocidas como fracturas del arco cigomático, pueden tener varias consecuencias en la salud y apariencia facial de una persona. Una de las principales complicaciones es la incapacidad para abrir completamente la mandíbula. Esto se debe a que el arco cigomático forma parte de la articulación temporomandibular, que es responsable de los movimientos de la mandíbula. Cuando el pómulo está fracturado, puede haber una restricción en estos movimientos, lo que dificulta la apertura completa de la boca.

Otra posible consecuencia de una fractura del pómulo es un cambio en el encaje de los dientes. El arco cigomático se encuentra cerca de los maxilares superiores e inferiores, donde se encuentran los dientes. Si hay una fractura en el pómulo, puede haber una alteración en la posición de los maxilares, lo que afecta el encaje de los dientes entre sí. Esto puede resultar en problemas de mordida, dificultad para masticar correctamente y posiblemente dolor en la región dental.

Además, una fractura del pómulo puede causar una irregularidad en la forma del mismo. Esto puede notarse al pasar un dedo por el pómulo, ya que puede haber una protuberancia o una hendidura en el área afectada. Estos cambios en la apariencia facial pueden ser motivo de preocupación estética para algunas personas.

En conclusión, las fracturas del pómulo pueden tener varias consecuencias, como la incapacidad para abrir completamente la mandíbula, cambios en el encaje de los dientes y una irregularidad en la forma del pómulo. Si se sospecha de una fractura del pómulo, es importante buscar atención médica para un diagnóstico adecuado y un tratamiento oportuno.

¿Cómo se cura una fractura de pómulo?

¿Cómo se cura una fractura de pómulo?

El tratamiento de una fractura de pómulo consiste en la colocación del hueso nasal en su lugar y la contención con una férula durante unos días. Este procedimiento se realiza bajo anestesia general o local, y generalmente no requiere hospitalización prolongada. Una vez que se ha colocado correctamente el hueso nasal, se coloca una férula o yeso en la zona afectada para mantenerlo en su posición mientras se cura. Esta férula o yeso se mantiene durante aproximadamente 7-10 días, aunque el tiempo exacto puede variar dependiendo de la gravedad de la fractura y de las recomendaciones del médico.

En algunas ocasiones, una vez que la fractura se ha consolidado, puede ser necesario realizar una reintervención para corregir las secuelas estéticas o funcionales que puedan haber quedado. Esto puede incluir la corrección de irregularidades en la forma del pómulo, el realineamiento de los huesos fracturados o la eliminación de cualquier tejido cicatricial que pueda haberse formado durante el proceso de curación. Estas intervenciones adicionales se realizan generalmente varios meses después de la fractura inicial, una vez que los tejidos han tenido tiempo suficiente para sanar y estabilizarse.

¿Qué es una fractura facial?

¿Qué es una fractura facial?

Una fractura facial es una lesión en la que uno o más huesos de la cara se rompen o se parten. Estos huesos pueden incluir la mandíbula, la nariz, las mejillas o las órbitas alrededor de los ojos. Las fracturas faciales pueden ser causadas por diferentes tipos de traumas, como accidentes automovilísticos, caídas, lesiones deportivas o agresiones físicas.

Los síntomas de una fractura facial pueden variar dependiendo del hueso afectado y la gravedad de la lesión. Algunos de los síntomas comunes incluyen dolor intenso, hinchazón, hematomas, deformidad facial, dificultad para mover la mandíbula o la boca, sangrado por la nariz o la boca, visión doble o disminuida, y dificultad para respirar a través de la nariz.

El diagnóstico de una fractura facial generalmente se realiza mediante un examen físico, radiografías y posiblemente otras pruebas de imagen, como una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética (RM). El tratamiento de una fractura facial puede incluir la reducción y fijación de los huesos fracturados mediante cirugía, el uso de yeso u otros dispositivos para inmovilizar la zona afectada, y la administración de medicamentos para aliviar el dolor y prevenir infecciones. La recuperación de una fractura facial puede llevar varias semanas o incluso meses, y puede requerir terapia física o rehabilitación para restaurar la función normal de la cara y mejorar la apariencia estética. Es importante buscar atención médica inmediata si se sospecha una fractura facial, ya que un tratamiento temprano puede ayudar a prevenir complicaciones y promover una recuperación más rápida y completa.